13 mar 2011

Sin título




En la nocturna casa del dolor,

me arranco estos zapatos que me llevan a tí sin mi permiso,

inoportunos enemigos que reclaman lo que algún día fue suyo.



En la quietud aplastante de la noche,

me extirpo las ganas, las cebo de ira y vomito cada instante durante el que fuimos eternas.



En el polvoriento espejo de las mentiras,

miro mi reflejo y ya no siento miedo. Era mío y también te lo has llevado.

3 comentarios:

nat dijo...

quizá no te has dado cuenta pero la foto del post puede verse por el lado bueno: toma nuestras manos, aguanta y no mires atrás. valiente!

lavargasSublima dijo...

Con amigos como tú al ladín, da gusto no mirar atrás. ;)

vitto henderson dijo...

triste
bonito
tuyo