Silencio que espera que le alcen la voz,
monótona huella de oveja perdida,
la muerte en la paz, la guerra en la vida,
la flor y la espina; eso soy yo.
Caballo estepario que zurra una coz
al jinete que aún llora su inminente partida,
billete de vuelta, espiral de ida.
Si yo fuera tú, así sería yo.
La hiel en los labios somos nosotros,
lamento en las sombras de cadáveres bellos,
aborto de sueño soñado por otros,
amantes sin reino, monarcas plebeyos.
Y él ese aullido que pronuncia un "vosotros"
y al chocar contra el muro me retorna un "ellos".