Queda
suspendida en la garganta una mina con tu nombre grabado, suave como diente de
león, irritante como el amoníaco, que encaja en el hueco perfecto de esta tráquea seca de tanto ayuno.
El
juego consistirá en tratar de arrancarla para recolocar el artefacto en sus cien
posturas de raíz y romper así el equilibrio residual de la anemia de entreguerras.
1 comentario:
jugar siempre.
Publicar un comentario